Relación de Pareja auténtica y Sexualidad viva

Introducción

Entre adultos equivalentes el modo de simbiosis actúa de manera destructiva e insano ya que bloque la espontaneidad y con ello también al erotismo. La tendencia hacia la sobre adaptación a las necesidades y las expectativas al otro, incluidas las eróticas, fortalece la tendencia a la relegación de las fantasías y de los deseos propios, originales (tal vez los “prohibidos”), – por miedo a perder al otro. Así poco a poco se pierde la atracción sexual mutua. La vida pierde en color y vitalidad.

El contacto, un encuentro yo-tu, solo es posible entre personas maduras auto integradas. La distancia “sana” posibilita a ambos estar consigo mismos, es decir, ser auténticos. Si ambos son capaces de mostrarle al otro quien son realmente, en lugar de la dependencia mutua simbiótica, ocurre una atractividad mutua y una atracción erótica. Esa es la fuerza vinculatoria de una relación de pareja autónoma.

David Schnarch (Die Psychologie sexueller Leidenschaft. Piper 2009) indica como variable central del desarrollo personal a la diferenciación del Ser. Si los dos miembros de la pareja logran mostrarse cada vez más al otro tal como son – y a ver al otro tal como es – la relación en su esencia puede cambiar. Naturalmente, ello también afecta a la atracción erótica y a la vitalidad de la sexualidad compartida.

Pero, ¿cómo se logra desarrollar la distancia “sana” entre uno y otro en la pareja?

En lo que sigue, Usted encuentra una guía que hace posible a una pareja encontrar ellos mismos una distancia sana a través de la delimitación mutua. Eso puede contribuir a que vuelva a darse una atractividad mutua que posibilita una sexualidad viva y vital.

Requisitos
Una chalina y en lo posible un paraviento o un rotafolio – como símbolo del límite -, una piedra – como símbolo de carga asumida – y dos sillas, cada una con un cojín – como símbolo para el propio Yo (Ser), que puede sentirse completo aún sin la pareja. El apoyo de un “asistente” en esta auto-constelación de la pareja puede ser de ayuda.

Advertencia: Esta auto-constelación no es apropiada para clientes muy traumatizados. ¡Ellos necesitan acompañamiento profesional!

1. Posiciones, lugar de las partes del Ser, límites

La pareja se posiciona uno en frente del otro, a una distancia que les resuene como apropiada. Luego cada uno siente cuán cerca o lejos puede sentir a su “Ser adulto” en esta constelación – a esa parte que también se puede sentir completa sin la pareja – y coloca una silla con cojín en ese lugar. Ahora uno de los dos coloca una chalina entre ambos, a manera de símbolo de un límite.

Así se hace posible una diferenciación entre lo propio y la pareja, y se vuelve perceptible un espacio propio para cada uno.

¿Eso lleva a un alivio? ¿O duele el límite?

¡En ambos casos puede ser una indicación de la falta de una delimitación sana!

¿Hay un impulso de aumentar la distancia?

2. ¿Roles asumidos en el espacio del otro?

El modo simbiosis en la pareja, entre otros se muestra en que ambos se sienten responsables en el espacio del otro – como si fuera su propio espacio – y de manera inconsciente, asumir roles: típicamente de uno de los padres, del Ser del otro, ocasionalmente de un hermano perdido. Eso tal vez se siente como bondadoso y amoroso, pero impide a cada uno estar conectado consigo mismo en su propio espacio y de estar disponible para el otro como pareja y amante. (“No es del gusto de cualquiera de ir a la cama con el propio padre, con la propia madre”). Debilita también al otro y lleva a la dependencia mutua.

Ahora, uno después del otro, comprueban si de manera inconsciente asumieron un rol para la pareja. Si han tratado de:

  • ¿Reemplazar para la pareja a uno de los padres que de forma real o emocional no estaba presente?, o
  • ¿Reemplazar al “Ser adulto” – con el cual la pareja misma tal vez no está conectada de manera óptima? O
  • ¿Ocupar el rol de capitán o de guía en el barco del otro?

En el lugar de uno de los padres
Uno de la pareja comienza y ocupa el lugar de uno de los padres detrás del otro, y siente si ha asumido estos roles para el otro.

¡En ese lugar se percibe a la pareja como pequeña y necesitada y a sí mismo como grande y fuerte! Eso ocasiona disparidad en la relación de pareja, en lugar de una relación igualitaria.

Si se reconoce ese lugar, se pude tomar la decisión de “salir” de ese rol, pronunciándose la frase aclarativa: ”Tal vez traté de darte lo que tu no has recibido de tu mamá/papá. ¡Eso tal vez me impidió ser tu pareja y amante! Yo no puedo darte lo que no recibiste de tu mamá -de tu papá – ¡Tengo la oportunidad de ser tu pareja y amante!”

El otro a su vez puede sentir, si inconscientemente esperó de su pareja que ocupe ese rol. Si es así, por su parte puede decir la frase aclarativa siguiente: ”Tal vez esperé de ti que me des lo que no pude recibir de mi mamá/papá: Eso es confuso. ¡Yo me alegro si tú completamente eres mi pareja y amante!”

Por lo general ambos están implicados como “cómplices en este reparto de papeles”.

En el lugar del otro
Este es un rol muy flipante, pero es muy común que una pareja “sensible” sienta que el otro no es totalmente él mismo. Y entonces cree hacerle un bien al otro si relega a sus propias necesidades y con “mil antenas” siente qué es lo que necesita la pareja para ser realmente feliz y contento. Si bien eso se percibe como muy noble y un poco superior, solo lleva a fracasar. La pareja implicada hace la experiencia desilusionante de dar lo mejor de sí, – renuncia a su propio espacio y a la conexión con su Ser – y con ello solo consigue enojos y desilusiones – la posición absoluta de perdedor.

Uno de la pareja se para al lado derecho del otro y siente si conoce ese rol. En caso positivo, puede decidir dejar ese rol y lo puede apoyar con la frase: “Tal vez yo quería reemplazar tu propio Ser para ti. Eso es bastante fuera de lugar. Tú tienes a tu propio Ser, y es únicamente tuya la responsabilidad de cómo y cuánto estés conectado con él. “Desde hoy yo me ocupo de mi propio Ser!”

Diciendo eso camina hacia su propio espacio y siente un interés renovado por lo quien es él mismo realmente, por su propio Ser.

¿Guía o capitán en el barco del otro?
Algunas personas se pueden poner en el lugar de otro con tanta facilidad que creen que ahí están ubicados mejor que el otro. Como si pudieran, ¿o será que pueden? ser un mejor capitán o el mejor guía en el “barco” del otro. Eso igualmente se siente como protector y amoroso, pero también tiene que ver con poder y control. E impide al otro ser capitán en el propio barco. A veces el propio barco corre “peligro de naufragio” ya que el capitán no está a bordo, se encuentra en el “barco equivocado”.

Uno de la pareja va al lugar del otro y resiente si conoce el rol descrito arriba. Si es así, puede tomar la decisión de entregar ese rol para volver a ser totalmente el “capitán de su propio barco”.

3. Devolución de lo asumido

Una vez que ambos hayan evaluado y, en su caso, dejado estos roles en el espacio del otro, sigue un siguiente paso: La devolución de lo tomado del otro.

A veces uno de la pareja se siente responsable de los problemas del otro, tal vez cree tener que llevar el destino del otro, o se hace cargo de sus pareceres y tal vez cree que así le hace un bien al otro, aún “dejándose vencer” por la tarea. Para el otro esto generalmente es una carga, tal vez se siente culpable y trata de devolver el favor tomando a su vez algo de la carga del otro. Así puede darse un círculo vicioso donde cada quien debilita al otro – y a sí mismo. No es raro que también pierda el respeto -por el otro y por sí mismo.

Con un ritual de devolución de uno al otro se puede devolver, simbolizándose con una piedra pesada, aquello que creía tener que cargar por el otro. Lo acompaña con las siguientes palabras: “Esto te pertenece. Tal vez no siempre he visto a tu fuerza. Ahora yo honro a tu fuerza y a tu dignidad volviendo a dejar lo tuyo contigo.”

Se hace claro que la forma adulta (autónoma) de tratar con las cargas del otro consiste en acompañarlo sintiendo con él y no sufriendo (¡!) con él, y de reconocer su manera de llevar lo suyo. A la vez, sin embargo, en vivir la propia vida con sus altos y bajos y hacer partícipe de ello al otro.

Si uno de los dos está muy cargado, puede ser útil para ambos que de manera consciente se anime a dejar algo de su carga con el otro. Por ejemplo– correspondiente al ritual de devolución inverso – que le entregue una piedra más liviana diciendo las siguientes palabras: “Tenía que cargarte bastante con lo mío, no lo puedo deshacer o compensar. Para ti eso es un desafío y te agradezco que hayas aceptado ese desafío”.

Una vez que ambos hayan devuelto lo tomado del otro, sigue el paso siguiente:

4. Conexión con el propio Ser

Entre ambos ahora se debe colocar un paraviento o un rotafolio (si hay) a manera de límite o como protección de la vista, para hacer posible a ambos el acercamiento a su “Ser adulto”. Luego cada uno toma el cojín que representa a la parte de su Ser y se funde con esa parte de su Ser, con la parte que se puede delimitar, que se puede sentir completa también sin la pareja, y ¡sin sentirse culpable! Con la parte del Ser que no es adaptada ni “domesticada”. Para algunos esta parte de su Ser está muy lejos, tal vez todavía no fue usada – “en su empaque original”. En ese caso, el acercamiento y la conexión requieren algo de paciencia. Mientras mejor se logre, mayor es el sentimiento emergente de alegría y libertad.

5. Delimitación hacia el otro

Una vez que ambos se hayan conectado con su Ser lo mejor posible, toca de que ambos, digamos, “Adán y Eva”, estabilicen esa conexión con su Ser delimitando cada uno su propio espacio respecto al otro.

Para esto es necesario de que Eva pueda distinguir entre “Eva” y “no-Eva”. Todo lo que es “no-Eva” no es malo ni equivocado. Pero no pertenece al espacio propio de Eva. Al “espacio de identidad” de Eva solo pertenece lo que es “Eva”. Hasta ahora era evidente que en el espacio de Eva había poco “Eva” y mucho “no-Eva”. De manera provocativa se podría decir que era un paquete “trucho” porque no “contiene lo que dice en el empaque”.

En un nivel simbólico, Eva ahora puede mostrarle a Adán que sus problemas y conceptos no pertenecen al espacio de Eva. Adán viene hacia el espacio de Eva y Eva lo frena antes de que pueda pasar por encima de la chalina, el límite de su espacio.

Así Eva esté convencida de lo correcto de esta delimitación, es posible que ella sienta una resistencia interior, como si la delimitación fuera peligrosa, prohibida, sin amor, fría y egoísta. Como si así ella estuviera arriesgando perder el amor y la atención de Adán. Esa confusión sentimental fue adquirida tempranamente, responsable de este “acondicionamiento emocional”. Tal vez Eva, siendo niñita débil y dependiente, vivió que su “no”, que sus intentos de delimitación, fueron frenados por sus padres con el retiro de amor o con violencia.

Aunque esa delimitación se sienta como prohibida, es saludable, como un reflejo de protección. Le permite al implicado sentir con más exactitud: “¿Quién soy yo? ¿Cuáles son mis necesidades y mis sentimientos?” Eso le permite orientación, lo habilita para la acción. Sin ese “reflejo de seguridad” se mezclan las necesidades y expectativas ajenas con lo propio; eso lleva a la confusión y a la indecisión.

Adán y Eva se encuentran en un dilema. Su sentimiento les dice que la delimitación es prohibida. Su mente: La delimitación es imprescindible. Ahora, en este ritual de delimitación, ambos tienen la posibilidad de tomar la decisión de si quieren continuar orientándose de acuerdo a su sentimiento (confuso) o de acuerdo a su mente. Y pueden compartir con su pareja acerca de esta confusión sentimental.

Como paso siguiente, Adán y Eva pueden hacer la experiencia de utilizar aquí a su vitalidad, a su potencial agresivo sin herir al otro. Si ellos continúan bloqueando a esa fuerza saludable, esa fuerza se vuelve destructiva y se vuelca contra uno mismo como depresión y enfermedad. Para experimentar a esa fuerza de manera lúdica, cada uno se sitúa en el rol de un felino, por ejemplo, un tigre que protege a su territorio frente a otro tigre.

Los tigres protegen a su territorio para no morir de hambre. Y si les muestran los límites a otros, no es por maldad sino es saludable. Entonces el otro no tiene que sentirse ofendido. Esta delimitación mutua no solo es saludable entre tigres, también lo es entre adultos. Si ambos respetan los límites del otro, se desarrollan la creatividad y la confianza. Pero, si se vive a la delimitación saludable del otro como una ofensa, entonces uno acaba relacionándose con personas que no pueden delimitarse porque ellas mismas están traumatizadas. Y así nuevamente, se vuelve a vivir una relación simbiótica.

Una vez que Adán y Eva hayan tomado posesión de su espacio se vuelven a conectar con su Ser y sienten si ahora hay más espacio para lo que cada quien es en realidad. Al mismo tiempo sienten al otro de manera mucho más intensiva y poderosa. Eso aumenta la atractividad mutua.

6. Contra delimitación

En la delimitación mutua de una pareja, la delimitación de Eva para Adán es la experiencia de una delimitación contraria.

Si siendo niño Adán “aprendió” a sentirse como encargado en el espacio del otro, como si sólo así el sería importante y digno de ser amado, ahora va a sentir la delimitación de Eva como rechazo, como pérdida de pertenencia. Ahora tiene la oportunidad de comprender la confusión de su sentimiento: El no es responsable en el espacio de Eva sino en su propio espacio. Y por más que se esfuerce en volverse útil -o imprescindible- en el espacio de Eva él sólo cosecha enojo y desilusión. Si Eva le hace notar que él no es responsable en su espacio, podría sentirse agradecido por ello. Le ahorra muchos enojos, le ayuda a emplear su energía ahí donde él podría tener éxito por ser el encargado.

Si ambos hacen comprensible esta confusión de sentimientos a si mismo -y al otro- y si se apoyan mutuamente en romper estas prohibiciones inconscientes, entonces ambos pueden disolver este “acondicionamiento emocional” temprano, que hasta ahora, sin que se den cuenta, ha determinado su percepción y su comportamiento-

El efecto de una distancia saludable sobre la relación de pareja

Si mediante este ritual una pareja logra crear una distancia sana entre ambos, entonces sucede que cada uno puede percibirse a sí mismo tal como es en realidad y a la vez puede ver al otro más como quien es en realidad. Así se hace posible un encuentro entre dos personas adultas auténticas. Es liberador también, poder sentir y mostrar a la propia fuerza y a la vez percibir al otro en su propia fuerza. Esta experiencia es muy valiosa, requiere un gran nivel de atención de ambos, a sí mismo y al otro. En lugar de la dependencia simbiótica se puede desarrollar la atractividad mutua, especialmente en el erotismo, en una sexualidad compartida, imaginativa y vital

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